Tus ojos.

Tus ojos me dicen. Me transmiten. Me comunican.
Tus me alientan. Me instan. Me estimulan y hasta me retan.
En ese devenir de mensajes sin voz pero cargados de sentimientos, tus ojos me gritan......sè felíz.
Lo que no pueden saber tus ojos es que mis momentos felices no serán tales, sino los compartes tu con migo.©

Sutil

La pacífica armonía de una pertinaz lluvia, concerta su sinfonía en un pavimento ardiente y sofocante. Alivio tenue y fugaz para una jornada de envolvente sofocación. Y es este calor que trae tu recuerdo a mi,  con tu ardiente expresión y tu inagotable pasión. Ahora no te encuentras a mi lado pero siempre estás. Sobretodo en el sabor de tus labios en los mios y en el aroma impreso en mi piel por tu piel.©

Eres el Amor.

El Amor que te tengo es tan profundo y abrasador que si no pudiese llegar a entregártelo seguramente me consumiria por dentro hasta hacerme desaparecer. Te Amo. Eres el agua fresca en las raíces de un árbol viejo. Eres la lija exfoliante en las maderas de una desvencijada cabaña campestre. Eres el milagro de la Primavera que hizo Dios en el otoño de mi vida. Eres el Amor.©

Caricias

Hace tanto tiempo que no las encuentro rondando mi piel que ni recuerdo como son.
¿Donde están las caricias que te hacen vibrar cuando te encuentran y se desean con dulce angustia cuando las esperas?
¿Donde están las acaudalados manos que debían depositarlas en mi piel brindandole interés a mi figura?
¿Donde está la piel que debía estremecer mi piel con su candor?
Todo se ha ido. Las caricias. Las manos. La piel. Sólo queda el olvido que desgarra el corazón y envuelve mi piel en un manto de soledad. ©

Besos

¿En el mar de que cuerpo habrán naufragado los besos con destino al puerto de mi piel? Tal vez sean náufragos sedientos y ambrientos en busca de una segunda oportunidad. O quizás perecieron en las profundas corrientes de la apatía.

Bendición.

Me sentía desauciado de la vida, sin amor ni esperanza. No sabía lo que era la felicidad. El disfrute. El goce y ni siquiera la alegría. Pero se hizo el milagro y llegaste tu. Cambiaste mi vida de un plumazo. Me llenaste de alegría y esperanza, colmandome de goce y disfrute. Lo único que nos falta es que germine tu vientre y concibas a nuestros retoños. Gracias mi AMOR por dejarme entrar en tu vida.

Navegante.

Yo soy un navegante. Tu cuerpo es mi mar. Déjame navegarte. Déjame aprenderme. Llévame a tus fosas más profundas. Elévame en las crestas de tus olas. Se de la ubicación de algunos faros, pero enséñame el sentido de tus corrientes. Envuélveme en tu torbellino y hazme naufragar en tu marejada. Rescátame de tus profundidades y conviérteme en el Poseidón de tus placeres.